Que difícil es sostener el llanto de nuestro bebé. Escuchar a un bebé llorar puede ser muy estresante y angustioso. Ya que está “diseñado” para activar en nosotros una respuesta. Por eso nos inquieta tanto, y nos es difícil de sostener. Además, durante mucho tiempo nos han hecho creer que es “malo”, que es “negativo”. Y nada más lejos de la realidad, es instintivo, y es necesario para nuestra supervivencia. Pero eso no significa que dejemos a nuestros bebés llorar, ni mucho menos.
Los bebés son seres emocionales. No lloran porque sí , lloran porque necesitan algo. Y su vivencia es esa, que si no reciben lo que necesitan su vida está en juego. Y ese es uno de los motivos por los que la naturaleza ha provisto a nuestros bebés con esa herramienta, ese sonido, que nos motiva a hacer ‘algo’, lo que sea, para calmarlo.
Para ellos es su única forma de expresarse y de comunicarnos que algo pasa.
El llanto es una herramienta para liberar tensiones emocionales, y no sólo para los bebés, también para los adultos. Nosotras tenemos muchos recursos que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra vida ( la risa, el habla, el movimiento o la respiración consciente) para liberar esas emociones, tanto a nivel físico como a nivel emocional, pero nuestro bebé no. Solo tiene ese recurso del llanto para liberar todas las emociones que ha recogido durante el día o las semanas. Démosle ese espacio y dejemos que se exprese. Lo importante es no dejarlos solos, ya que ellos por sí mismos no son capaces de regularse, con nuestro acompañamiento y presencia, serán capaces de liberar esas tensiones y emociones y volver a contenerse.
Y ¿cómo hacemos eso?, con presencia, con abrazos, con canciones, acunando, poniendo palabras a lo que creamos que le puede ocurrir, o simplemente diciéndoles que vamos a estar con ellos hasta que se calmen. Quizás te pueda parecer que tu bebé es muy pequeño para entenderlo, y quizás sí lo sea para entender cognitivamente lo que le estás diciendo, pero nunca será muy pequeño para entender lo que emocionalmente le estás transmitiendo. Sobre todo los primeros meses de vida, nuestros hijos/as están fusionados emocionalmente con nosotras y son capaces de percibir lo que les decimos.
Lo más habitual es que los bebés lloren por cubrir sus necesidades físicas: si tiene frío o calor, si ha hecho pipí y se siente húmedo, si le duele algo, si tiene hambre, está incómodo,necesita contacto físico, sostén,ect. Como he comentado antes, para ellos sus necesidades vitales, por supervivencia e instinto, son prioritarias, y no entienden de tiempos. Necesitan tener cubiertas sus necesidades básicas siempre.
Pero qué pasa cuando sus necesidades básicas están cubiertas, pero el llanto continúa.
En ese caso te invito a que te hagas una pregunta, ¿cómo estoy yo?¿cómo ha sido mi día, nuestro día hoy? Recuerda que los primeros meses de vida nuestros bebés están vinculados a nosotras, están emocionalmente fusionados con nosotras. Ellos no perciben que sean ‘alguien diferente’.
Puede que haya algo que te está alterando, angustiando o preocupando, y tu bebé lo percibe. Puede que hoy haya sido un día muy intenso o muy ajetreado y estes agotada.
Ni mucho menos quiero llamar a la culpa. Las madres somos personas normales, que nos pasan cosas, como a todos, y además tenemos que sostener a uno varios hijos. Y eso es una carga muy pesada para una persona sola. Esta reflexión es solo para ti, por si puede servirte.
Y si es así, que hay algo que os está alterando, no pasa nada, ponle palabras. Explícaselo. Expresa lo que sientes, llora también si lo necesitas o gestiona tu emoción. Será reconfortante para ambos.
Y si eso que ocurre es demasiado para ti, puedes pedir ayuda, a tu pareja, a una amiga o algún familiar. No tienes que hacerlo tú sola. Por supuesto tu bebé no entenderá el significado real de tus palabras, no pasa nada, es capaz de percibir el mensaje que le estás transmitiendo y la emoción que estás expresando.
Aún así, habrá muchas veces en las que nuestro bebé llorará y no vamos a saber qué le pasa o por qué está llorando. Y nos angustiamos pensando que no podemos hacer nada o no sabemos qué hacer. Pero hay algo que podemos hacer siempre, independientemente de la edad que tenga nuestro hija/o, y siempre va a ser útil. Podemos acompañarlo, estar presentes. Podemos sostenerlo. Hacerle saber que está bien que llore, no pasa nada, nosotras vamos a estar ahí siempre.
Por supuesto, no es nada fácil. Es muy difícil gestionar el llanto de nuestros hijos/as. Y hay días que lo toleramos mejor y otros peor. Pero saber que estar siempre les va a beneficiar y que no hay que reprimir esa emoción ni eliminar esa maravillosa herramienta que es el llanto. Nos ayudará a entenderlo y gestionarlo un poco mejor.
Y si es demasiado para ti, no lo tienes que hacer sola, pide ayuda, de una persona de confianza, de la persona con la que compartes tu maternidad.
Y recuerda… Esta etapa pasará, es intensa, pero como todas en el camino de la maternidad, pasará.
Si quieres que te acompañe en estas etapas, o quieres compartir tu experiencia conmigo, estaré encantada de leerte. Escríbeme y hablamos.
Y si quieres leer más sobre temas de maternidad, te invito a que visites mi web, y el resto de entradas al blog.
Un fuerte abrazo.