Qué difícil parece conservar la leche materna. Y, si bien es cierto, que es un alimento vivo, y que hay que tener algunas consideraciones, aunque pierda alguna de sus propiedades, sigue siendo leche y va seguir alimentando a nuestro bebé.
Dicho esto, os dejo las últimas recomendaciones sobre la manipulación y conservación de la leche materna:
Es importante tener en cuenta que la leche que ha estado en contacto con la boca del bebé, hay que desecharla pasada 1 hora aproximadamente, no puede volver a guardarse. Por ello, es aconsejable no descongelar mucha cantidad de leche a la vez. La leche materna se descongela con rapidez, por lo que es mejor ir descongelando poco a poco.
Una vez congelada, hay varios métodos para descongelar, utiliza el que sea más práctico o útil para ti:
Otra duda que surge es dónde podemos guardarla. Hay múltiples opciones, cada familia ha de elegir cuál es la más útil es su caso, puedes probar que te resulta más cómodo:
Referente a las características de los recipientes para guardar la leche, podemos tener en cuenta varios aspectos:
En algunas ocasiones puede ocurrir que tras congelar y descongelar, nuestro hijo/a rechace esa leche. Sobre todo en esos momentos puede vivirse con mucha angustia y frustración, pero hay una explicación para eso.
La leche materna puede cambiar de sabor cuando la manipulamos. De forma natural, “la leche fresca” es dulce, con un sabor suave. Entre otros componentes, contiene una enzima llamada Lipasa , que facilita que el bebé pueda digerir las grasas de la leche con más facilidad. Pero al extraer la leche, puede activarse antes y provocar un sabor agrio, que a la mayoría de niñ@s, no les gusta, y por eso rechazan esa leche.
Si vemos que ocurre esta situación, tenemos dos opciones para intentar evitarlo:
Si nuestro hijo/a acepta la leche así perfecto, si no, al final la decisión es suya. Tendremos que buscar otras alternativas en los momentos que no podamos darle el pecho directamente.
De forma habitual, la extracción de leche no ha de ser una técnica estéril, es suficiente con mantener las medidas básicas de higiene, lavado de manos, limpieza y cuidado de los recipientes. En caso de bebés prematuros o que se encuentren en unidades de cuidados intensivos (UCIN), habla con el pediatra o enfermera responsable, ya que puede que tengan recomendaciones más estrictas de almacenamiento y manipulación.
Si tienes dudas o quieres que comentemos tu caso personalmente, no dudes en escribirme y me pondré en contacto contigo.
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