
La vuelta al trabajo remunerado fuera del hogar, es un momento de la maternidad que puede provocar sentimientos ambiguos y puede ser muy intenso y vivirse con mucha angustia.
Cada situación es diferente, puede que la vuelta al trabajo sea por elección o no, o que tu bebé tome lactancia de forma exclusiva o ya haya iniciado la alimentación complementaria, pero sea como sea, es un cambio en vuestra rutina. Y en muchas ocasiones la primera separación de larga duración. Por eso es importante que te sientas segura y acompañada en estos momentos de adaptación.
Lo primero que quiero compartir contigo es… calma, es posible trabajar y mantener la lactancia. Hay muchas opciones que pueden adaptarse a ti y a tu hijo/a.
Para saber cuál es la mejor opción para ti, te dejo varias preguntas para que reflexiones y te plantees, luego las desarrollaremos, y así poder planificar tu vuelta al trabajo remunerado:
Lo primero que tenemos que preguntarnos es qué queremos hacer.No hay decisiones correctas o incorrectas, no te juzgues. Valora según tus circunstancias qué es lo que quieras hacer con tu lactancia, si la quieres continuar o si no, y si decides continuar, vamos a ver que opciones tienes.
En este punto es importante saber cuántas horas vamos a estar fuera de casa, para saber la cantidad de tomas que realizará en nuestra ausencia. Observa durante unos días cada cuánto tiempo demanda tu hijo/a para saberlo.
Ahora es importante valorar si tu hijo/a ha iniciado ya la alimentación complementaria, para valorar si de las tomas que tú no estarás presente, algunas puedes sustituirlas por otros alimentos o han de ser todas las tomas de tu leche. Revisa cuál es vuestra mejor opción.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es con quién se quedará tu bebé. Puede que por tu situación pueda quedarse tu pareja, o un familiar, o no. Puede que tu mejor opción sea contratar a una cuidadora que acuda a tu casa o llevar a tu bebe a una escuelita. Valora todas tus opciones y sopesa entre las ventajas e inconvenientes. Cada familia elige lo mejor según sus circunstancias y necesidades.
Una vez valoradas estas cuestiones, pregúntate según sea tu situación,¿cómo quiero extraerme la leche, de forma manual o con un sacaleches?, si es así, ¿cómo y dónde voy a conservar la leche el tiempo que esté fuera?. Y luego, ¿cómo quiero que se la ofrezcan a mi bebé?. En este caso dependerá también de la persona que se quede responsable de su cuidado. Hay múltiples formas de ofrecer la leche a tu bebé ( biberón, botella, vasito, entre otros), valora la que es más adecuada en vuestro caso.
Referente al banco de leche para dejar disponible, si así te lo planteas, no ha de ser de mucha cantidad. Será suficiente que unos días antes te extraigas leche en varias ocasiones para disponer de un pequeño banco de leche.
Es aconsejable almacenar la leche en cantidades pequeñas (de unos 50 ml aproximadamente), para evitar desechar, sobre todo los primeros días, hasta que os adaptéis a la nueva situación.
Durante esta etapa es importante que vigiles tu pecho para evitar complicaciones.
Puede que al principio sea complejo a nivel físico y emocional, pero confía en ti. Eres capaz de hacerlo.
Esta situación es nueva para toda la familia, así que date tiempo. No te juzgues, sé flexible con la situación y no te exijas demasiado. Poco a poco os iréis adaptando. Haz modificaciones si crees que os facilitarán la situación, lo que hoy puede servirte, quizás en una semana no, prueba.
Y sobre todo no te compares. Ni siquiera contigo misma, si es tu segunda o tercera maternidad. Cada maternidad es única. Lo que decidas estará bien.
Es importante que en este proceso te sientas segura y acompañada. No dudes en escribirme si quieres que te acompañe en estos momentos.